Los IBP podrían aumentar el riesgo de ictus isquémico
Los inhibidores de la bomba de protones, fármacos para tratar la acidez gástrica, se asocian con más probabilidad de infarto cerebral, según un estudio danés presentado en el congreso de la AHA.
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), un popular grupo de fármacos en el tratamiento de la acidez gástrica, aumentan el riesgo de ictus isquémico en relación directa a la dosis utilizada, según un estudio presentado en la reunión científica de la Asociación Americana del Corazón (AHA 2016), que analiza cuatro de los medicamentos más utilizados: omeprazol, pantoprazol, lansoprazol y esomeprazol.
"Los IBP se vienen asociando con alteraciones de la función vascular, tales como infarto, enfermedad renal y demencia" según Thomas Sehested, director del estudio de investigación en la Fundación Danesa del Corazón, quien asegura que el uso de protectores estomacales se ha disparado en la población general.
En el estudio se han analizado las historias clínicas de 244.679 pacientes con edad media de 57 años que se sometieron a endoscopia digestiva por alteraciones gástricas y se vio que en casi seis años de seguimiento 9.489 pacientes tuvieron un primer ictus cuando tomaban algunos de estos medicamentos.
El riesgo global de ictus aumentó un 21 por ciento cuando los pacientes tomaban un IBP, sin apenas incidencias cuando la dosis era muy baja, pero en la dosis más alta el riesgo de infarto cerebral isquémico subió un 30 por ciento para lansoprazol y un 24 por ciento para pantoprazol.
Con este trabajo se ha visto que no había más riesgo de ictus en otro grupo de medicamentos reductores de la acidez, como los bloqueadores H2 (famotidina y ranitidina).
Y comparando con pacientes que no toman los IBP, los que sí estaban tratados con estos fármacos eran mayores y tenían más enfermedades, como fibrilación auricular de base (3.4 versus 3.8). En la investigación se han tenido en cuenta la edad, el género y factores médicos, incluyendo HTA, fibrilación auricular, fallo cardiaco y el uso de algunos analgésicos que se han relacionado con infarto e ictus.
Sehested subraya la necesidad de más estudios en este campo puesto que se trata de medicamentos que se venden sin receta en la mayor parte del mundo y cree que habría que tener una cierta cautela a la hora de prescribirlos. "En su día creíamos que eran medicamentos seguros, sin mayores efectos secundarios, pero lo que ahora cuestiona este trabajo es la seguridad cardiovascular de los IBP. Y aunque no hayamos encontrado relación entre los bloqueadores de H2 y el ictus, tampoco podemos concluir que este grupo de fármacos sea mejor para los pacientes".
Puesto que este es un estudio observaciónal, los autores piden que se haga un ensayo controlado aleatorizado sobre IBP y enfermedad cardiovascular.
Fuente: http://cardiologia.diariomedico.com/