La investigación mostró que las mujeres que caminaban dos horas o más a la semana o quienes suelen realizar una caminata a paso ligero, unos 4,8 kilómetros por hora o más rápido, tienen un riesgo de ICTUS significativamente menor que aquellas que no caminaban. Los riesgos eran menores para el ICTUS total, el ICTUS isquémico y el hemorrágico.
Los resultados indicaron que en relación a quienes no caminaban, las mujeres que sí lo hacían a un ritmo ligero tenían un 37 por ciento menos de riesgo de cualquier tipo de ICTUS y quienes caminaban dos horas o más a la semana tenían un 30 por ciento menos de riesgo de ICTUS de cualquier tipo.
Aquellas que seguían un ritmo rápido en su caminata tenían un 68 por ciento menos de riesgo de ICTUS hemorrágico y quienes lo hacían dos o más horas un 57 por ciento menos. En el caso del ICTUS isquémico, estos porcentajes eran del 25 y el 21 por ciento respectivamente.